Salamadre

Salamadre-01

Llevaba varias semanas tanteando subir a un pico que está, digamos…  apartado. Y qué se esconde tras la palabra “apartado”,…pues que para llegar a la cumbre habría que recorrer unos cuantos kilómetros de continuas subidas de las de verdad y bajadas, y una vez coronada la cima pues no te ibas a quedar allí a vivir,…tendrías que volver, ¿no?, pues eso,…apartado,…lejano,…distante.

Resulta que ésta era la tercera vez que me había propuesto alcanzar la cumbre de la Salamadre partiendo del Puerto de las Viñas, cerca de Villaluenga del Rosario.

Salamadre-01bis

Recuerdo una primera ocasión hace unos años, acompañado de mi amigo Juan, en que se nos echó la hora encima, tan encima como que nos cogió la noche. Hacía tanto frío que incluso nos cayeron algunos copos de nieve cerca de los Pozos de Barea. Y llegamos a un punto que no sabíamos si seguir adelante o volver, en aquel entonces y ayudados de un manoseado mapa decidimos no acometer la subida final hasta la cumbre y optamos por seguir adelante, bajamos a los Llanos de Líbar, subimos el Puerto del Correo y llegamos a los Llanos del Republicano, los cruzamos y recuerdo que nos internamos en el bosque de alcornoques siendo noche cerrada.

En una segunda ocasión, acompañado de mi hijo y mis sobrinos, tampoco alcanzamos la cumbre. Poco antes de acometer la subida final se encajonó una espesa niebla que nos hizo desistir de la idea. Todo se aderezó, poco después, con una fina lluvia que nos empujó a buscar apresuradamente capas e impermeables en las mochilas. Recuerdo que comimos, con ojos asustados, cobijados por una enorme encina. Tras la ingesta iniciamos el camino de vuelta y no miramos ni “p´atrás”.

Y dicen que “a la tercera va la vencida”.

Pues nada,…las coincidencias. Hace unos días, mi buen amigo Oneto me habló de subir al Torrecilla, en la Sierra de las Nieves. Es que casi ni le contesté, enseguida le propuse esa idea que me rondaba la cabeza de subir a la Salamadre, él accedió encantado. Se lo comenté también a Selu, otro buen amigo bloguero, e invité a Juan, mi compañero de aventuras en el primer intento de alcanzar esta apartada cumbre.

Bueno,…pues ya íbamos reuniendo a los miembros de la “expedición”, al final seríamos nueve.

Y esto que relato es lo que nos aconteció en esta intensa y agotadora jornada de senderismo por aquellos apartados lugares, que nos llevó de una vez por todas a coronar la cumbre de la Salamadre.

Salamadre-02

Serían las nueve y media de la mañana cuando dimos el pistoletazo de salida e iniciamos la marcha desde el Puerto de las Viñas. El día se nos presentó despejado y de temperatura casi primaveral. Con la mochila a la espalda nos adentramos en el bosque de alcornoques, y allí, en lo más recóndito de aquel paraje, Selu nos mostró una fuente que había localizado y catalogado para el proyecto “Conoce tus fuentes”.

El sendero discurría junto a un murete de piedra camino de los Llanos del Republicano. Los matutinos y agradables rayos de sol se filtraban entre las ramas de los árboles. Un poco más adelante abandonamos la protección del bosque y comenzamos a cruzar los llanos.

Ante nosotros, recortadas en el cielo azul, las esbeltas estribaciones de la Sierra de Líbar y Mojón Alto. Enfrente adivinamos el Puerto del Correo, nuestra primera subida del día.

Salamadre-03

Casi sin darnos cuenta ya estábamos pateando el zigzagueante y sombrío sendero, tras un primer repecho giramos a la derecha y unos metros más allá llegamos al refugio del Puerto del Correo. Accedimos a su interior y comprobamos que estaba limpio y recogido,…como debe ser. Junto a él las desmoronadas ruinas de lo que fue la Casa del Correo de la que no quedaban casi ni las rejas.

Dejamos atrás el refugio y nos adentramos en un tupido bosque de encinas. A nuestra izquierda el Peñón Bermejo (1.212m.) con unas laderas cubiertas de espesos bosques y salpicadas de afloramientos de caliza, y a nuestra derecha picos y más picos de menor altura. Me llamó la atención el suelo del sotobosque cubierto de jóvenes encinas, algunas de parvulario, señal inequívoca de que estábamos cruzando un bosque vivo.

Salamadre-04

Para llegar a su base aún teníamos por delante una larga caminata. El sendero nos llevó suavemente hasta Casa de los Navazos, también conocida como Casa de los Pinsapos. Un refugio encalado y pulcro, con chimenea de soberbio tiro, un aljibe con pilón labrado y un cercado de piedra apiladas, dentro de éste se erguían los esbeltos pinsapos que le daban nombre.

Este lugar nos pareció el idóneo para hacernos la primera foto de grupo de la jornada. Tras la foto plegué las patas de mi pequeño trípode y lo acomodé en la mochila.

Salamadre-05

En algunos lugares el sendero aparecía señalizado por curiosos hitos de piedra, ¿arte natural?. Clavadas en el suelo aparecían piedras cual menhires de formas caprichosas. Estos hitos nos acompañaron durante toda la jornada, algunos de enorme tamaño.

De hecho nos sorprendió que alguien se hubiera afanado en aquel menester,…porque no se trababa sólo de colocar el hito aquí o allá, sino de previamente localizar el idóneo entre tanta piedra y más piedra,…buen trabajo, sí señor.

Salamadre-06

Llegamos a un claro del bosque y se nos presentó ante nosotros una impresionante mole caliza de laderas escarpadas, enorme, bella y aparentemente inexpugnable por su cara norte: la Salamadre.

Y allí estábamos nueve aventureros muy pequeñitos dispuestos a conquistarla, empeñados en  alcanzar su cima por la derecha o por la izquierda, por el norte o por el sur,…por donde fuera.

Salamadre-07

Decidimos acometer la subida a la Salamadre por su cara sur, mucho menos escarpada, y hacia allí que nos dirigimos por una suave ladera dejando nuestro objetivo a la izquierda camino del Hoyo de los Quejigos, también llamado Hoyo de la Cal. En este lugar el bosque se fue aclarando hasta que casi desapareció por completo en el llano, salpicado éste de encinas solitarias, las formaciones pétreas tomaron el verdadero protagonismo y a nuestra derecha las laderas escarpadas aparecían casi desnudas, por allí arriba mucho más allá estaba el Puntal de la Raya (1.262m.)

Salamadre-08

Como medio kilómetro más allá llegamos a la cara sur de la Salamadre, estábamos en el Puerto del Escobón. Un hito de piedras apiladas señalaba el lugar por donde debíamos acometer la subida a la cima. Hacía calor y fuimos subiendo pausadamente siguiendo un hito y otro hito,… y otro.

Nos detuvimos y volvimos la vista atrás, abajo la casa de Barea, a la izquierda la Sierra de los Pinos (1.395m.) y a la derecha el Puntal de la Raya. Nos giramos y continuamos con la subida entre laceradas piedras, gramíneas y pendejos. Desde un poco más arriba oteamos los Pozos de Barea, muy pequeñitos.

Una ladera empinada donde dabas cuatro pasos y ya habías subido un metro,…y así metro a metro hasta que llegamos a una de esas jodidas falsas cumbres de las que desaniman. Pero no sólo se trataba de una jodida falsa cumbre sino que además teníamos que bajar hasta un collado y volver a subir de nuevo, la cima estaba allí arriba.

Salamadre-09

Y por fin, llegamos arriba,…bien. A la tercera fue la vencida, lo habíamos conseguido y había elegido el mejor día. Ante nosotros se nos presentó un paisaje único con un cielo limpio y una atmósfera despejada. Antes de que subiera el resto de la expedición me situé en el lugar más elevado e hice varias rachas de fotografías para montar una de esas panorámicas que gusto de hacer.

Allí abajo los Llanos de Líbar escoltados a un lado por la Sierra de Líbar y Mojón Alto y a otro por la desnuda Sierra del Palo y Sierra Blanquilla. La Garganta de Barrida, La Sierra del Caíllo, La Sierra del Endrinal, La Sierra del Pinar, Los Llanos del Republicano, Las Grajas, Los Lajares y muchas otras sierras y picos, además distinguimos muchos pueblos en la lejanía. Incluso divisamos África y, algo más cerca, los Reales de Sierra Bermeja.

Salamadre-09bis

En aquel privilegiado lugar dimos buena cuenta de nuestro menú de mochila, tras la ingesta volví a montar el trípode en un lugar elevado y le encajé la cámara. Encuadré a todos los miembros de la expedición sentados sobre las piedras de la cumbre, ajuste el temporizador, pulsé el disparador y me senté apresuradamente sobre la piedra que tuve más a mano.

El objetivo de mi cámara captó a un grupo de “intrépidos” montañeros en uno de los picos más apartados de todo el Parque Natural Sierra de Grazalema, rodeados de un paisaje único con los Llanos de Líbar como telón de fondo.

Salamadre-10

Llegados a este punto llegó el momento de decidir por dónde íbamos a volver. Barajamos las dos opciones disponibles, existía la posibilidad de bajar del Salamadre por donde habíamos subido o bien intentar bajar por la cara norte, sí,…aquella que se nos antojó inaccesible por la mañana.

Nuestra osadía nos empujó a optar por esta última, y allí que fuimos siguiendo un errático y escuálido sendero sembrado de traicioneras piedras ocultas por ásperas gramíneas. Paco y Juan acometieron la bajada por otro lugar de esa misma ladera. Poco a poco fuimos bajando y en dos ocasiones estuvimos a punto de practicar el “culing”, pero no…, despacito y con buena letra llegamos a la base de la Salamadre donde nos reagrupamos.

Salamadre-11

Localizamos el sendero de por la mañana y un kilómetro más allá llegamos a la Casa de los Navazos o de los Pinsapos. Decidimos no bajar por el Puerto del Correo sino utilizar otro alternativo que nos llevaría igualmente a los Llanos del Republicano: La Escalereta.

Reanudamos la marcha por unos parajes a la sombra de la crestería que teníamos a nuestra izquierda. Había tan poca luz que estuve a punto de guardar la cámara, de pronto vi cómo una agradable luz se filtraba entre los árboles un poco más adelante. Los últimos rayos de sol iluminaban la ladera por donde serpenteaba nuestro querido y empinado sendero, una luz cálida que lo inundaba todo despidiendo el día.

En uno de los recodos del sendero, con la Sierra del Endrinal como decorado, posamos los tres blogueros de la expedición y Miguel pulsó el disparador,…buena foto.

Salamadre-11bis

Bajamos hasta los Llanos del Republicano, ya sólo nos restaba cruzarlos y acometer la última subidita del día por el bosque de alcornoques hasta el Puerto de las Viñas.

No habíamos aún terminado este sendero de casi dieciocho kilómetros de continuas subidas y bajadas y ya estábamos haciendo planes para en el siguiente.

…que, ¿dónde sería?,…pues ni ideaSalamadre-12 Salamadre-12bis Salamadre-14 Salamadre-15 Salamadre-16 Salamadre-17 Salamadre-18 Salamadre-19 Salamadre-20 Salamadre-21 Salamadre-22 Salamadre-23 Salamadre-24 Salamadre-25 Salamadre-26 Salamadre-27 Salamadre-28 Salamadre-29 Salamadre-30 Salamadre-31 Salamadre-32 Salamadre-33 Salamadre-34 Salamadre-35 Salamadre-36 Salamadre-37 Salamadre-38 Salamadre-39 Salamadre-40 Salamadre-41 Salamadre-42 Salamadre-43 Salamadre-44 Salamadre-45 Salamadre-46 Salamadre-47 Salamadre-48 Salamadre-49 Salamadre-50 Salamadre-51 Salamadre-52 Salamadre-53 Salamadre-54 Salamadre-55 Salamadre-56 Salamadre-57 Salamadre-58 Salamadre-59 Salamadre-60 Salamadre-61 Salamadre-62 Salamadre-63 Salamadre-64

Todo este contenido está a tu entera disposición en MI WEB PERSONAL, además ahí llevas el enlace a los blogs de mis compañeros de expedición:

dRuta

Cuaderno de Campo Payoyo

Igualmente agradezco a Antonio Barroso ( Gori ) su inestimable ayuda con la a veces olvidada toponimia de estos apartados lugares.  www.serraniadegrazalema.com

Por otro lado, al fin me he decidido a incluir una breve ficha con algunos datos de interés de cada ruta.

ficha-tecnica

Espero que te haya gustado, nos vemos en la próxima.

Esta entrada fue publicada en Naturaleza y etiquetada , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Salamadre

  1. Carlos dijo:

    En Salamadre nos quedamos a unos metros de cumbre la última vez, se nos metió un nubarrón que presagiaba un cataclismo, pero iremos de nuevo. Gracias por tu documental de imágenes y literario. Saludos cordiales

Deja un comentario